En un movimiento audaz y sin precedentes, Israel ha lanzado una serie de ataques dirigidos a instalaciones nucleares iraníes y altos mandos militares, elevando la tensión en Medio Oriente a niveles críticos. El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha declarado que esta operación, denominada 'Operación León Ascendente', podría extenderse durante varios días.
Objetivos Estratégicos del Ataque
Según fuentes militares israelíes, se han empleado más de 200 aviones de combate en la ofensiva. Los ataques se centran en la principal instalación de enriquecimiento nuclear de Irán en Natanz, así como en científicos nucleares clave y lo que Netanyahu describe como 'el corazón del programa de misiles balísticos de Irán'.
El analista de Medio Oriente señala que la estrategia empleada por Israel recuerda a la utilizada contra Hezbollah en Líbano, buscando no solo golpear las bases de misiles, sino también eliminar a figuras clave del liderazgo iraní. Reportes desde Teherán muestran edificios específicos que parecen haber sido alcanzados, similar a las imágenes de ataques israelíes en Beirut.
Bajas de Alto Nivel
El ataque ha resultado en la muerte de figuras prominentes dentro de la jerarquía militar iraní. Entre los fallecidos se encuentra el General Hossein Salami, comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, una de las figuras más poderosas del país. También perdió la vida el General de División Mohammad Bagheri, el oficial militar de más alto rango en Irán.
Respuesta Iraní y Posición de EE.UU.
En respuesta a los ataques, Irán ha lanzado más de 100 drones hacia territorio israelí, según el ejército israelí. Mientras tanto, el Secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, ha declarado que Estados Unidos no tuvo participación ni brindó asistencia en los ataques. Antes del ataque, el Presidente Donald Trump había expresado su deseo de que Israel no atacara a Irán mientras continuaban las negociaciones sobre un acuerdo nuclear.
Este ataque sin precedentes plantea serias interrogantes sobre el futuro de la estabilidad en Medio Oriente y la posibilidad de una escalada aún mayor del conflicto. La capacidad de Irán para responder y la naturaleza de esa respuesta serán cruciales para determinar el curso de los acontecimientos.