La designación de Karen Reichardt como cabeza de lista de La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires ha desatado una tormenta política interna, generando fuertes tensiones en el gobierno. La decisión de la fiscal federal con competencia electoral, Laura Roteta, de priorizar a Reichardt por sobre Diego Santilli, impulsado por el oficialismo tras la renuncia de José Luis Espert, ha provocado una ola de críticas y acusaciones.
¿Quiénes están en la mira?
Según fuentes internas, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el ministro del Interior, Lisandro Catalán, y el apoderado de LLA, Santiago Viola, son los principales apuntados por el fracaso de la estrategia oficial. Se les acusa de no haber gestionado adecuadamente el reemplazo de Espert y de no haber anticipado la negativa de la justicia electoral a modificar las boletas ya impresas.
El factor Ramos Padilla
Las imágenes del juez electoral Alejo Ramos Padilla inspeccionando las boletas con la imagen de Espert fueron una señal temprana de que el magistrado no cedería a las presiones del gobierno. En el entorno de Santilli lamentan la falta de diálogo previo con Ramos Padilla antes de anunciar públicamente su candidatura.
Un escenario complejo
La situación se agrava ante la posibilidad de que, si Karen Reichardt es finalmente removida de la lista pero no se logran reimprimir las boletas, LLA termine presentando una boleta con la foto de dos candidatos renunciantes. Esto representaría un duro golpe para la imagen del partido y su desempeño en las urnas.
- El dictamen de la fiscal Roteta cayó como una bomba en la Rosada.
- Se cuestiona la gestión de Francos, Catalán y Viola.
- La decisión final recae en el juez Ramos Padilla.
Además, la renuncia de Espert, vinculada a un pago de USD 200.000 de una empresa minera investigada por lavado de dinero y narcotráfico, añade un elemento de controversia al proceso electoral. La incertidumbre sobre el futuro de la lista de LLA en la provincia de Buenos Aires se mantiene, generando preocupación y especulaciones en el ámbito político.
Mientras tanto, se estima que la reimpresión de las boletas, solicitada por el apoderado nacional de La Libertad Avanza, Santiago Viola, costaría alrededor de 10 millones de dólares, un gasto considerable en un contexto económico desafiante.