Un gol, una explosión de emoción, abrazos por todos lados... El festejo de Alan Velasco tras marcar su primer gol con la camiseta de Boca Juniors fue mucho más que una simple celebración. Significó la liberación de una larga racha negativa, tanto para él como para el equipo.
Un Camino Paralelo de Sufrimiento
La historia detrás de este momento es una de sufrimiento compartido. Tanto Velasco como Boca Juniors tenían marcada a fuego la primera semana de noviembre de 2023. Velasco sufrió una grave lesión jugando para Dallas en la MLS, y tres días después, Boca perdía la final de la Copa Libertadores ante Fluminense, iniciando una espiral descendente.
Este paralelismo los unió en la búsqueda de un renacimiento. La insistencia de Boca, impulsada por Juan Román Riquelme, en incorporar a Velasco, incluso durante su recuperación, elevó el precio del jugador y generó resistencia por parte del club dueño de su pase.
El gol ante Independiente Rivadavia no solo significó romper su propio maleficio personal, sino también sellar una victoria que Boca esperaba ansiosamente. "Tenía una racha que no podía creer, no se me daba, no sé cuántos meses que no podía hacer un gol", confesó Velasco.
Paredes Encuentra a su Socio
Pero el triunfo de Boca no se limitó al gol de Velasco. La inclusión de Battaglia en el mediocampo como socio de Leandro Paredes fue clave. Paredes había expresado su necesidad de tener compañía en el centro del campo, y Russo escuchó su pedido.
Con Battaglia, Paredes funcionó mejor. Se relevaron, se complementaron. Un buen punto de partida para un equipo que necesitaba una victoria y, sobre todo, juego. Boca salió a Mendoza con la idea de protagonizar el partido, y lo logró, mostrando movilidad y compromiso en todas las líneas.
En resumen, la victoria ante Independiente Rivadavia fue un soplo de aire fresco para Boca, una noche en la que Velasco rompió su racha negativa y Paredes encontró a su socio ideal en el mediocampo. Un triunfo que alimenta la esperanza de un futuro mejor.